viernes, 9 de febrero de 2024

Guánica


Quién no ha tenido la experiencia, no tiene margen ni medida para entender la enseñanza de vida que tienen las personas en el pueblo de Guánica y su resiliencia. Es muy fácil desde la comodidad de una silla emitir una opinión al respecto. La palabra hogar, más que una palabra es un concepto, lleno de una gran cantidad de significantes. A quien ha perdido su hogar, le toca enfrentarse a la perdida de el lugar más seguro en su existencia, el único lugar donde se guardan los “souvenirs” que la vida misma nos brinda.
En ocasiones pensamos en la pérdida de un auto cómo algo fuerte, pero solo hay que visitar al “pueblo de la amistad” para que se derrumbe esa preconcepción. Hay personas que ante este evento se han visto obligados a observar impotentemente desde sus patios, el resultado de esta catástrofe. Solo hay que visitar algunas calles para poder discriminar entre la frívola representación de la prensa y la verdadera realidad, Guánica está mal. No son cinco casas rotas, en el mejor de los casos le toca ver la casa destruida de su vecino o amigo. La gente necesita del apoyo emocional para tolerar este infortunio.
Por este medio exhorto a las personas que continúen su apoyo, que no se detengan las visitas y los que han llegado, gracias por estar dispuestos.

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