viernes, 31 de enero de 2025

El fantasma y la trayectoria dinámica: una reflexión desde la Española y una familia extendida

Siguiendo la teoría freudiana del fantasma y en consonancia con los planteamientos lacanianos, podemos afirmar que nuestra vida está marcada por una búsqueda perpetua de aquello que nos falta. Esta "falta" no es un vacío literal, sino una estructura que organiza nuestro deseo. Los mecanismos de defensa que desarrollamos actúan como brújulas internas, diseñadas para mantener viva esa falta mientras nos protegen de confrontarla directamente. Sin embargo, esta función es ilusoria, ya que está mediada por nuestras percepciones individuales y sesgadas sobre lo que creemos necesitar o anhelar.


El 29 de diciembre de 2024 viví una experiencia que ejemplifica esta dinámica. Observaba una abuela, compartir momentos con sus hermanas, hijos y nietos en la piscina. En medio de esta escena familiar, fui invadido por una emoción que no lograba descifrar en ese momento: una mezcla de nostalgia y algo profundamente arraigado, casi olvidado a lo largo de mis casi 50 años de vida. Este sentimiento surgió a pesar de los mecanismos de defensa que he construido a lo largo de los años y del trabajo realizado en mi propio proceso analítico. Como señaló Freud en su obra Análisis Terminable e Interminable (1937), el análisis nunca termina; siempre quedan aspectos inconscientes que permanecen inexplorados debido a la complexidad del psiquismo humano.


En mi práctica clínica, he observado dinámicas intergeneracionales donde padres jóvenes critican las crianzas tradicionales, juzgando las decisiones de sus padres desde perspectivas actuales sin comprender plenamente el contexto en el que esas decisiones fueron tomadas. Aquí surge la metáfora de Nietzsche sobre el Übermensch (el superhombre) como una figura no de superioridad, sino de trascendencia. Para Nietzsche, el superhombre representa al individuo que logra superar las limitaciones impuestas por la moral y las tradiciones establecidas, no eliminándolas o rechazándolas, sino transformándolas en algo más elevado. Este concepto nos recuerda que, para trascender las fallas del pasado, no debemos destruir lo que fue, sino aprender de ello, integrarlo y mejorarlo.


En esta línea, Nietzsche argumenta en Así habló Zaratustra que el superhombre surge cuando uno es capaz de aceptar las cargas del pasado y transformarlas en herramientas para el futuro. Este proceso no es una condena al pasado, sino un acto de reconciliación y aprendizaje. La crítica indiscriminada hacia los padres, como frecuentemente surge en consulta, es un reflejo de nuestras propias carencias y fantasmas. Los padres hicieron lo que pudieron con lo que tenían, enfrentando sus propias limitaciones y circunstancias. En lugar de culparlos, debemos entender que nuestras carencias son, en gran medida, herencias dinámicas de un sistema familiar en evolución.


Mientras observaba la escena en la piscina, con mi hija jugando cerca, la llegada de otros familiares tras un largo viaje y mi mejor amigo ofreciéndome un trago, me enteré de un conflicto familiar que afectaba a una de las hermanas de otro familiar: unos abuelos aislados por una hija en un acto que percibían extremadamente doloroso e injusto. Este evento resonó conmigo de manera inesperada, trayendo a la superficie antiguos fantasmas que creía haber dejado atrás. Este "inconsciente que insiste", como diría Lacan, demuestra cómo las vivencias actuales pueden reconfigurar y reactivar construcciones psíquicas del pasado. Nietzsche diría que aquí yace la oportunidad de trascendencia: transformar los rencores heredados en sabiduría y empatía.


En este contexto, las ideas de Vigotsky sobre el desarrollo próximo y el “make-believe speech” ofrecen una conexión invaluable. Vigotsky describió cómo el habla imaginativa en la infancia —aquella que se da en juegos simbólicos— se convierte progresivamente en habla interna, una forma de autorregulación cognitiva. Sin embargo, en momentos de estrés, este habla interna puede emerger nuevamente como verbalizaciones externas, evidenciando una regresión temporal a formas más básicas de procesamiento. Esto resuena con mi concepto de trayectoria dinámica: procesos internos que, aunque integrados en etapas previas, pueden reactivarse y manifestarse de nuevas maneras ante circunstancias desafiantes o cómo dice ese refrán de…”cuando la piedra está para el perro, por más que corra y se esconda…comoquiera lo alcanza”.


Pavlov también describió procesos internos de inhibición como mecanismos esenciales para la regulación de respuestas conductuales. Estos procesos, como las trayectorias dinámicas que planteo, son flexibles y adaptativos, pero también frágiles ante cambios en el entorno o aumentos en la carga emocional. La inhibición, según Pavlov, no es la ausencia de respuesta, sino una actividad activa y necesaria para la reorganización del sistema nervioso. Cuando esta inhibición falla, emergen respuestas impulsivas o desorganizadas, como sucede con los patrones familiares de culpa y recriminación que observo en consulta.


El Übermensch de Nietzsche no culpa ni se detiene en las fallas del pasado; busca transformarlas en algo nuevo y significativo. En este sentido, personajes como Jon Snow en Game of Thrones encarnan esta idea al negarse a condenar a las generaciones futuras por los errores de las pasadas. Snow entiende que los padres a menudo hacen lo que pueden con los recursos disponibles, y que el verdadero acto de liderazgo radica en romper ciclos, no perpetuar resentimientos.


Aquí surge el concepto de "trayectoria dinámica". Más allá de los planteamientos de Vigotsky, Pavlov y Nietzsche, propongo entender esta idea como la capacidad de los fantasmas psíquicos y procesos intergeneracionales para mutar y reaparecer a lo largo de la vida. La vida, con su curso impredecible, reactiva y transforma estas construcciones, recordándonos que siguen presentes, incluso después de ser "procesadas". La trascendencia, como Nietzsche sugiere, no es el rechazo del pasado, sino su integración en una visión más amplia y rica de lo que podemos llegar a ser.


El análisis psicoanalítico, lejos de ofrecer un cierre definitivo, es comparable al río loco de Guánica: fluye y cambia de curso, confrontándonos con nuevas formas de entender nuestros deseos y faltas. La trayectoria, entonces, no es una meta fija, sino un recordatorio dinámico de que la vida está en constante movimiento, llevando consigo nuestras historias, fantasmas y posibilidades de transformación.


Escenas aparentemente simples, como la de ese día en la piscina, esconden resonancias profundas que nos conectan con lo que hemos sido, con lo que deseamos y con lo que aún no comprendemos plenamente. En su complejidad, la vida nos invita a seguir navegando en ese río cambiante, siempre en movimiento, siempre vivo y cómo para todos y cada uno de nosotros atraviesa.


Con este escrito trato de dar a entender que muchas veces en la vida de todos, esas piedras siguen llegando hasta alcanzarnos. El trabajo está en observar, aceptar, mejorar y no batallarlas, porque van a continuar cómo lo que son, una trayectoria dinámica. Por eso no se debe atacar, al atacar se sostiene la retaliación. Cómo dijo tío Kenny, “no se le debe dar munición”... en esos casos, a la carencia de un deseo o lo que puede ser un fantasma.


Las personas van a defender ese fantasma con uñas y dientes.



Referencias:


Freud, S. (1937). Analysis Terminable and Interminable. En The Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud (Vol. 23, pp. 209-253). Londres: Hogarth Press.


Nietzsche, F. (1883-1885). Así habló Zaratustra. Leipzig: E. W. Fritzsch.


Pavlov, I. P. (1927). Conditioned Reflexes: An Investigation of the Physiological Activity of the Cerebral Cortex. Oxford University Press.


Thelen, E., & Smith, L. B. (1994). A Dynamic Systems Approach to the Development of Cognition and Action. MIT Press.


Vygotsky, L. S. (1978). Mind in Society: The Development of Higher Psychological Processes. Harvard University Press.


Weiss, D. B., & Benioff, D. (Creadores). (2011-2019). Game of Thrones. HBO. Basado en las novelas de George R. R. Martin, A Song of Ice and Fire.




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